Cuando llega la hora de enfrentarte a
un disco de Megadeth siempre te embarga esa sensación de que vas a
escribir de uno de los músicos más influyentes de los últimos
treinta años, un tio que ha compuesto discos tan básicos para la
historia del Thrash Metal como “Peace Sells...” o “Rust In
Piece”, pero también la misma persona que compuso discos tan
desafortunados como “Risk” o “Thirteen”, su último trabajo
hasta la fecha.
El pasado 4 de Junio se ponía a la
venta este “Super Collider”, decimocuarto álbum de estudio de la
banda y segundo con la formación actual (Dave Mustaine por supuesto,
a las guitarras y las voces, Dave Ellefson al bajo, Chris Broderick a
la guitarra y Shawn Drover a la batería), ¿El resultado? Un disco
algo más potente que su predecesor (cosa que tampoco es que fuese
demasiado complicado) pero que nos sigue ofreciendo a unos Megadeth
bastante descafeinados, lejos del potente “Endgame” y a años luz
por desgracia de los días más dorados del grupo.
El trabajo se abre con “Kingmaker”
sin duda alguna el corte más potente de todo el trabajo, un tema
donde las guitarras suenan como deben sonar, rápidas, afiladas,
mordaces y que te hace pensar que tras un disco flojito, Mustaine y
sus chicos han vuelto a coger el buen camino... y claro, llegas a
“Super Collider”, tema que bautiza el álbum y piensas “vale,
es más flojito, pero la melodía y el estribillo son jodidamente
pegadizos, esto no está nada mal”, pero de repente llegas a
“Burn!” y esto no tiene ni pies ni cabeza, un tema blando, sin
gancho, que no se sabe bien que pinta a esta altura del disco (y
quizá a ninguna altura, para que nos vamos a engañar), la cosa
mejora un poco en el siguiente tema “Built For War”, donde
destaca por encima de todo el buen trabajo de Ellefson y Drover a la
base rítmica y en el bonito solo de Broderick en “Off The Edge”,
pese a que el tema se queda a medio gas, lo que se empieza a
convertir en una peligrosa tónica.
“Dance In The Rain” pasa sin pena
ni gloria, otro tema soso (por más que se intente arreglar en la
parte final del tema) que da paso a la intro del bajo de Dave
Ellefson con la que empieza “Beggining Of Sorrow”, del que no hay
nada más que decir... “The Blackest Crow” es un tema con
influencias de country (sí, de country, y cuando distorsionan las
guitarras un poco suena a rock sureño, ¡tócate los huevos!).
Dentro de tanta sosez y tanto tema descafeinado, volvemos a un tema
con un estribillo pegadizo, la melodía principal de “Forget To
Remember” creo que será de los pocos temas de este plástico que
se recordarán una vez pasado este año.
A la hora de encarar la recta final del
disco nos encontramos con “Don't Turn Your Back”, tema que
comienza con una intro en clave de blues, pero que de repente arranca
con un furioso riff acompañado del doble bombo de Shawn Drover (¡por
fin!) y que bueno, lo convierte en otro de las pocas composiciones
que me apetece destacar de este trabajo. Para terminar una versión
del “Cold Sweat” de Thin Lizzy.
Quien me conozca sabrá de sobra que
Dave Mustaine es uno de mis compositores favoritos de la historia del
Heavy Metal y sabe que me sabe mal escribir así de una obra suya,
pero precisamente como seguidor este disco se me queda flojo, me sabe
a poco y me parece insuficiente para todo lo que este hombre y los
músicos que le acompañan nos han dado en otras entregas. Una de las decepciones de este 2013.
Nota: 4
Jose Ruiz
Hostia, mal pinta esto Jose. Tendré que escucharlo para dar mi opinion pero por lo que cuentas es una buena mierda de los grandes.
ResponderEliminarRene.