Es casi imposible dejarse llevar por la subjetividad cuando la banda que te hizo adentrarte en el increible mundo del Heavy Metal por fin, y tras treinta y cinco años, vuelven a editar un nuevo álbum de estudio. Entre "Never Say Day" de 1978 y este "13" hay diez (once si contamos el "The Devil You Know" que editaran bajo el nombre de Heaven And Hell) trabajos en los que no canta Ozzy Osbourne, de hecho en algunos tampoco está Geezer Butler, quedando Tommy Iommi como único capitán a bordo de la nave, y manejándola con mayor o menor éxito a lo largo de todos estos años. Si que hubo intentos anteriores, a finales del siglo pasado se realizó una gira que quedó plasmada en el directo "Reunion" de 1998, donde nos presentaban dos temas nuevos en directo, "Selling My Soul" y "Psycho Man, varias giras en torno a los famosos Ozzfest y algún que otro concierto puntual, pero el ansiado plástico no llegaba... hasta finales de 2011 que anuncian nueva reunión y un posible disco. A partir de aquí, locura colectiva, que dura más bien poco, pues pocas semanas después la noticia de que Iommi padece cáncer cae como un jarro de agua fría sobre sus seguidores, se cancelan fechas y el trabajo queda un poco en el aire...
A principios de este 2013 empezamos a ver movimiento, se confirma la mejoría del guitarrista zurdo, se confirma que Bill Ward, si bien ya no participó en aquellos conciertos de reunión, tampoco lo hará en este trabajo y por fin se da una fecha, Junio de 2013, el disco se acerca...
Pues aquí lo tenemos, casi cincuenta y cinco minutos de Black Sabbath en estado puro, con una producción brillante, pero no porque el sonido sea ese sonido actual, limpio y claro que usan tantas bandas actuales, si no todo lo contrario... el disco suena bien producido, pero suena a Black Sabbath, suena a finales de los setenta, la crujiente guitarra de Iommi está ahí, las imposibles líneas de bajo de Geezer Butler están ahí, ¿la voz de Ozzy? no es la del Ozzy de los setenta, pero si que es una versión muy mejorada del Ozzy actual y bueno... Brad Wilk hace ni más ni menos lo que tiene que hacer, tocar como si fuera Bill Ward.
El plástico se abre con los dos temas más extensos de la grabación "The End Of The Beggining", tema que irremediablemente va a recordar a "Black Sabbath" (la canción) y "God Is Dead", tema que comienza lento y que acaba siendo una auténtica locura y que lleva un par de meses sonando en todas las emisoras de Heavy Metal del mundo.
Más directa es "Loner", un tema que puede recordar a "N.I.B." en las guitarras, y que posiblemente tiene el mejor solo de todo el trabajo, a este tema le sigue la tranquila "Zeitgeist", un tema con guitarras limpias, percusión oriental, un viaje hacia aquel "Planet Caravan" del que salen con muy buen pie y con buen pie sigue con "Age Of Reason" una de las joyas de este "13", donde la línea marcada por el bajo de Geezer Butler se funde de manera genial con el trabajo de Brad Wilk, que aquí sí, muestra que sabe hacer muy bien su trabajo y no ser solo un mero figurante y "Live Forever", lo que hacen de estos dos temas, la parte más inspirada de todo el trabajo.
La recta final del disco la encaramos a ritmo de blues, "Damaged Soul" nos trae una base calmada, donde el bajo de Butler cobra un protagonismo especial y como siempre la muñeca de Iommi nos regala otro de esos solos marca de la casa para la posteridad (¡y que no se acaben!) y donde al final se deja escuchar una harmónica. De cerrar esta obra se encarga "Dear Father" tema con el que cierran el círculo (cuando escuchéis los últimos segundos comprenderéis esta frase) y nos dejan un disco, que si bien no está a la altura de sus cinco primeros trabajos si que es una más que digna demostración de donde pueden llegar.
Jose Ruiz
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