Desde Suecia nos llega el cuarto álbum de PERSUADER, “The
Fiction Maze”, que veía la luz el pasado 17 de Enero a través de
Inner Wound Records.
La primera comparación que se viene a la mente es Blind Guardian
con un sonido de guitarra más pesadas y es que la voz de Hansi
Kursch (vocalista de los alemanes) y la de Jens Carlsson son
tremendamente similares.
Con portada del cada vez más reconocido artista colombiano Felipe
Machado y producción de Ronnie Björnström, el disco nos ofrece
algo más de cincuenta minutos en los que la banda despliega su
podereso Power Metal de corte europeo. Riffs de guitarra afilados,
melodías en los solos, mucho doble bombo y una voz con mucha garra,
hacen de este disco uno de esos pocos discos que a día de hoy
consiguen engancharme de este estilo.
“One Lifetime” y “War” dan el primer puñetazo en la cara,
dos trallazos en los que tu, seguramente ya maltrecho, pescuezo va a
ser maltratado una vez más. “The Fiction Maze” es el tema que
bautiza al plástico, tema donde Carlsson añade a su repertorio una
serie de guturales que personalmente, no son de mi agrado.
“Deep In The Dark” es el primer tema donde la banda parece
levantar el pie, un tema con una base bastante pesada, pero más
pausada que la tónica que marcaban los tres primeros temas. A
destacar el tremendo trabajo a las guitarras de Daniel Sundbom y Emil
Norberg. Tras el descanso, el aporrear constante de la batería de
Efraim Juntunen nos introduce en “InSect”, tema en el que cuentan
con la única colaboración del disco, la guitarra de Nils Norberg
(ex – Nocturnal Rites) y donde vuelven a usar (y para mi gusto a
abusar) guturales.
Aires orientales nos trae “Son Of Sodom”, un tema donde la
influencia de Blind Guardian es absolutamente innegable, con esos
coros hechos para el directo. Potente comienza “Sent To The Grave”,
donde destacamos los cambios de ritmo protagonizados por la base
rítmica, compuesta por Fredrik Hemström al bajo y el ya mencionado
anteriormente Efraim Juntunen tras los parches. “Heathen” nos
vuelve a mostrar la cara más relajada de la banda (que no es otra
cosa que temas más melódicos, pero no es que carezcan de fuerza,
precisamente).
En la recta final del plástico, nos encontramos con la
instrumental “Dagon Rising” al que sigue “Words Collide”,
tema donde las teclas cobran un protagonismo y un peso que hasta
ahora había sido casi testimonial. El último tema. “Falling
Faster”, con un sorprendente comienzo muy black metal (blast beats
incluidos), luego deriva en un potentísimo corte, donde vuelve a
brillar por encima de todos el batería.
En ocasiones, demasiado moderno para mi gusto, pero en líneas
generales un disco bastante atractivo.
Nota: 7
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