Tras el fiasco de “Shadowmaker”, los piratas RUNNING WILD
vuelven a la carga con “Resilient”, un disco que si bien no se
acerca ni de lejos a los años de gloria de los teutones, al menos
nos muestra a un Rolf Kasparek que se ha tomado su trabajo en serio,
y que se ha dejado de experimentos.
La grabación ha corrido a cargo de Rolf Kasparek con la
colaboracion de Peter Jordan a las guitarras, de la mezcla y
masterización se ha encargado Niki Nowy. La portada es obra de Jens
Reinhold, autor de la polémica portada de su anterior trabajo y está
basada en la portada del single de 1989 “Bad To The Bone”.
En cuanto a lo musical, pues se acerca bastante a la última época
de la banda, temas que podrían haber entrado en “The Brotherhood”
o en “Rogues In Vogue”, como decía en la entrada, muy lejos de
sus mejores composiciones, pero al menos los escuchas y puedes
reconocer a la banda en esos riffs y esas melodías.
“Soldiers Of Fortune” es la encargada de romper el hielo, un
tema que empieza potente, que dices, ves? Esto sí suena a Running
Wild, quiza no a su mejor época, pero sin duda a la altura de un
“Rogues In Vogue”. Guitarras que suenan a Heavy Metal teutón,
melodías marca de la casa, doble bombo marcando la base, estribillos
fáciles y de los de cantar puño en alto y Kasparek cantando
bastante bien. “Resilient” es puro metal alemán, base marcada,
guitarrazos cortantes... mucho más rápida es sin embargo,
“Adventure Highway”, con una melodía bastante macarra.
En la parte central del disco nos encontramos con la potente “The
Drift”, “Desert Rose” con esa melodía casi de medio tiempo,
hasta que entra la batería y nos deja un tema muy pesado, con
denominación de origen. Con ritmo de rock and roll se nos presenta
“Fireheart”, uno de los temas con mejor estribillo de todo el
disco. Más heavy es “Run Riot”. “Down To The Wire” es quizá
el tema más flojo de todo el disco, un tema al que no le pillo el
rollo en ningún momento.
Y ya en el tramo final nos encontramos con la poderosa “Crystal
Gold”, la extensa “Bloody Island”, que llega casi a los diez
minutos en un tema acojonantemente épico, con esa melodía y esos
coros que dan ganas de izar la Jolly Roger y surcar mares.
Parece que la conjuncion Kasparek (que ha grabado bajos, guitarras
y voces) y Peter Jordan ha dado resultado por fin, este disco no
devuelve ni de lejos a la banda a su mejor época, ni aporta nada
bueno, pero al menos nos quita el mal sabor de boca que nos dejó
“Shadowmaker”, ya es algo.
Nota: 6
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