Cuando hace unos años me regalaron el “Ad Astra” me quedé
enganchadísimo a esta banda, por tanto cuando en 2010 volvieron a
escena con el flojo “Return To Zero” me quedé un poco
decepcionado. Así que cuando vi que SPIRITUAL BEGGARS volvían a sacar
álbum no esperaba demasiado y... ¡Cómo gusta escuchar un disco sin
expectativas de ninguna clase y que minuto a minuto tu mandíbula se
vaya desencajando por la sorpresa! Guitarras que te transportan
cuatro décadas más atrás (en serio, acojonante el trabajo del
enorme Michael Ammot aquí), un Apollo Papathanasio cantando mejor
que nunca, una base de rítmico contundente y firme con Sharlee
D'Angelo al bajo y Ludwig Witt a la batería y los teclados de Per
Wiberg dandole a todo el conjunto una atmósfera que te atrapa sin
que te des cuenta...
La producción ha corrido a cargo de Robert Ekholm y la mezcla es
obra de Staffan Karlson, quien ya había trabajado con Arch Enemy o
Firewind. La portada que representa a una pareja desnuda observando
una explosión nuclear es obra de Per Wirberg, que no se limita a su
función de teclista...
Centrándonos en lo estrictamente musical, el plástico se abre
con “Wise A Serpent” donde entre el riff, el Hammond y la voz de
Apollo me veo inmediatamente pensando en la época de Deep Purple con
David Coverdale a la voz, aunque estas guitarras suenan algo más
desérticas, más áridas. Más bluesy incluso es “Turn The Tide”.
El turno para el protagonismo en los teclados es en “Sweet Magic
Pain”, mención aparte al solazo cargado de feeling del señor
Ammot, posiblemente mi favorito de todo el CD. “Hello Sorrow”
tiene una melodía vocal que nos puede recordar a Thin Lizzy para
derivar en un estribillo muy coreable, nuevamente vuelven a ese juego
de solos compartidos entre guitarra y solo.
En la parte central nos encontramos con “One Man's Curs” que
en la línea general que sigue el disco da paso a la gran joya de la
grabación “Dreamer” un blues cargado de distorsión que es una
auténtica delicia para los oidos. Tras esta “Too Old To Die
Young”, el tema más largo de la grabación, donde veo
reminiscencias a Led Zeppelin, sobre todo en la parte que atañe a
las percusiones y cuya parte final es una auténtica locura.
Mastodóntico es el comienzo de “Kingmaker”, en la parte central
del tema también cabe destacar la parte de los coros previa a los
solos, muy Queen.
Con “Road To Madness” encaramos los últimos temas de este
“Earth Blues”, otra genial interpretacion de Apollo y gran
protagonismo del batería en este tema. “Dead End Town” sigue en
esa línea y de repente “Freedom Song” con unas guitarras
absolutamente espectaculares y cerrando el disco “Legends
Collapse”, quizá el tema con más sonido desértico de todo el
plástico, pero siempre manteniendo esa atmósfera setentera tan
hechizante...
Como decía al principio, no esperaba nada bueno de este disco y
me enamoró con la primera escucha, muy grande.
Nota: 8
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