Fundados en Raleigh, Carolina Del Norte, en 2012 los doomies
estadounidenses DEMON EYE lanzaron el pasado 24 de Enero su álbum
debut, “Leave The Light” a través de Soulseller Records. La
banda, que el año pasado había lanzado su EP “Shades Of Black”,
navega en un proto heavy metal que en ningún momento se llega a
hacer pesado.
Como en su anterior trabajo, la grabación ha corrido a cargo de
Alex Maiolo, que ha compartido labores de masterización y mezcla con
Pete Weiss. La portada del disco es nuevamente obra de John
Hitselberger.
Y como parece que a la banda le gusta eso de repetir, es “Hecate”,
tema que ya abría su EP, el encargado de romper el hielo en este
“Leave The Light”, tema en el que ya apreciamos las influencias
de la banda, sonando entre Black Sabbath y Deep Purple (de quien han
tomado una canción para nombrar a la formación). Tras ella, otra
vieja conocida “Shades Of Black”, con ese riff que destila
esencia blackmoriana en cada nota. Más heavy, pero sin perder ese
sonido tan primitivo suena “Secret Sect”, con ese aura densa y
oscura, pero más rápida. “Adversary” tiene hasta unos falsetes
en el estribillo que pueden recordar a los que hacía Ian Gillan en
los setenta, asombra también el trabajo a las guitarras tanto de
Erik Sugg (guitarra y voz) como de Larry Burlison (guitarra solista).
El tramo central de la grabación nos presenta a la más calmada
“Edge Of A Knife”, tema que va ganando en intensidad conforme va
avanzando su metraje. “Witch's Blood” acelera un poco más el
tempo de la grabación y destaca el trabajo del bajista Paul Walz y
el batería Bill Eagen. Tras ella la sabbathiana “Fires Of Alabam”,
riff denso, línea de voz acompañando al riff, tempo lento y
marcado... “Devil Knows The Truth” continúa en esa línea,
quizá algo más rápido, pero también muy sabbathero, lo más
destacable sin duda, esas guitarras con las melodías dobladas.
Llegando casi al final del LP encontramos la tranquila, casi
balada, “The Banishing”, “From Beyond” nos trae uno de los
temas más duros de toda la grabación. El disco termina con “Silent
One”, tema que se abre con la batería de Bill Eagen marcando el
compás para que el resto de instrumentos le acompañen.
Buen debut de esta formación, que seguramente gustará a los fans
de la vertiente más primigenia del Heavy Metal setentero.
Nota: 7
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