Los italianos MEGAHERA sacaron un primer álbum prometedor, pero
es que con su segundo lanzamiento, “Condemned To Insanity”, del
recién acabado año pasado se han querido salir del mapa y lo han
conseguido. Casi 78 minutos de disco que se te acaban haciendo
cortos, con temas que van desde el Heavy Metal más tradicional al
Thrash Metal más burro con una producción brutal.
El disco se abre con “Adventus” una pieza instrumental
acústica, que a mi personalmente me recuerda a aquellas canciones
del gran Ennio Morricone que servían de banda sonora para los
míticos “spagetti westerns”. Tras esta sobrada, “An Eye For An
Eye” un tema que empieza muy heavy con una base muy bien marcada
por el batería Roberto Piu, acompañado en la sección rítmica por
el bajista Antonio Borgesi, y poco a poco va desembocando en un tema
que navega entre el Heavy y el Thrash Metal, con infinitud de cambios
de ritmo (lo que es una constante a lo largo de todo la grabación).
Una intro de bajo da comienzo al tema que bautiza el segundo álbum
de los transalpinos, “Condemned To Insanity” un tema muy thrash
Bay Area, con una base rítmica aplastante que a buen seguro
maltratará más de un incauto pescuezo. Una melodía oriental nos
introduce en “Pharao's Curse”, un tema que su intro a mi me
recuerda mucho a los Metallica de la época de “Master Of Puppets”,
aunque luego el desarrollo es algo más melódico, muy bien llevados
los coros, y una sorpresa en la parte central del tema, una gozada de
solo con la guitarra limpia y el bajo que demuestra que estos
chavales son unos tremendos músicos, el trabajo a las guitarras de
Mario Marras (también vocalista) y de Marco Cossu a las seis cuerdas
es brutal.
En la parte central nos encontramos “Fighting Forever” y sus
más de ocho minutos de duración, un tema con una atmósfera de lo
más épico. Una intro de olas del mar y gaviotas nos presentan “Into
The Sea”, tema que comienza con una guitarra limpia desgranando
notas y que poco a poco se va descubriendo como una power ballad que
explota hacia la mitad del tema y que nos vuelve a recordar a “los
cuatro jinetes” en el desarrollo de las guitarras hacía la parte
final del tema. Tras esta, le sigue la melódica “Atlantis”, uno
de los temas con la atmósfera más “happy” de todo el plástico,
lo que resulta casi un remanso entre tanta cera transalpina, aunque
no pueden evitar su sello y al final del tema vuelve el doble bombo a
castigar nuestro cuello. El tema más largo de toda la grabación es
“Bipolar Mind”, tema que empieza con una melodía de guitarras
dobladas y que da paso a un arpegio acompañado solo de la voz, como
decía más arriba, la variedad es el punto fuerte del disco, y esa
entrada limpia da paso a un fraseo bastante power metalero, el cual
ya no abandona hasta el final de la canción.
En la parte final de la grabación nos encontramos con “Azure
Mirror”, tema donde el bajo de Antonio Borgesi cobra especial
protagonismo a lo largo del tema, hasta unas líneas en plan funky se
dejan escuchar en la parte central de la pista. Y casi terminando el
disco, ¡una canción corta!, y es que “Against The Law” dura
poco más de cuatro minutos, y no se andan con chiquitas, doble bombo
a saco, riffs asesinos y un aura agresiva, aunque en la parte central
del tema, se permiten meter un puente de lo más vacilón, menudos
genios. Cerrando el trabajo, “Dancing In The Fire”, otro tema que
ronda los ocho minutos y medio, tema en el que predominan las
guitarras acústicas y donde las eléctricas aparecen para dotar de
más intensidad si cabe a la parte final de la composición.
Posiblemente de los discos que se quedaron a revisar el pasado
2013, este sea el que menos merece quedar fuera de los trabajos a
recordar del año, un disco largo (y que pese a sus casi ochenta
minutazos) que se hace corto, donde encontramos variedad musical sin
que pierda energía ni carácter. Brutal.
Nota: 8,5
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