Los alemanes WITCHBURNER ponían a la
venta el pasado 22 de Febrero su séptimo larga duración,
“Bloodthirsty Eyes”, distribuido por High Roller Records, el
plástico nos ofrece poco más de 35 minutos de puro Thrash Metal
alemán.
El disco, es el primero con Pino Hecker
a las voces y de Michael “Mächal” Hecker a la guitarra solista,
tras su incorporación a la formación en 2011 y ha sido masterizado
por el alemán Patrick W. Engel, multiinstrumentista y que ha
trabajado anteriormente masterizando trabajos para Desaster, Hellish
Crossfire o Procession por mencionar algunos de los más conocidos,
así como remasterizar discos de Manilla Road o Jag Panzer. La
portada ha sido obra de la artista polaca Jowita Kamińska,
portadista de los últimos trabajos de la banda y que también ha
trabajado en los últimos trabajos de los estadounidenses Attacker o
los madrileños Silver Fist.
Centrándonos en lo meramente musical
el disco nos ofrece poco más de treinta y cinco minutos de pura cera
teutona, aunque curiosamente, lo primero que escuchamos es la limpia
intro de “Sermon Of Profanity”, pero esta tranquilidad nos dura
un minuto, tras la cual entran las guitarras distorsionadas y una
batería muy marcada que dan paso a un frenético riff, acompañado
de una batería que suena demoledora, mientras Pino Hecker nos
demuestra las dotes de su cavernosa voz. De los casi seis minutos que
dura el tema, lo que le convierte en el más largo de la duración,
pasamos a “Possession”, el más breve, que no llega ni a los tres
minutos de duración, y donde la banda se deja de adornos, un tema
absolutamente partecuellos donde la base rítmica no da ni un solo
segundo de tregua.
Con “Master And Slave”, la banda
nos muestra un tema de puro Heavy Metal alemán, base rítmica sobra
y muy marcada, riff seco, un estribillo ideal para los conciertos y
un solo que podría haber salido perfectamente de cualquier disco de
bandas como Accept o Grave Digger, para mi, la curiosidad del álbum.
Tras este momento, “Path Of The Sinner” vuelve a poner las cosas
en su sitio, nuevamente, tanto velocidad como esa atmósfera tan
cargada vuelve a ser el sello de la banda germana. La base rítmica
formada por el bajista Andy Süss y el batería Felix Darnieder
(abrumador el trabajo de este hombre a lo largo de toda la grabación)
forma un muro en el que no encuentras ninguna fisura, siendo
absolutamente aplastante. La cera continúa con “Absolute
Collapse”, tema que da paso a “Bloodthirsty Eyes”, tema que
bautiza el disco, que comienza con una base más marcada, pero pronto
pasa a ser una de las salvajadas más grandes de toda la grabación,
acojonante una vez más el trabajo en las guitarras de Michael
“Mächal” Hecker, que como ya dijimos es su primer trabajo con la
banda y el eterno Simon Seegel, miembro más veterano de la banda.
En la recta final del LP nos
encontramos “Never Surrender”, otro de los temas más salvajes
que han grabado para la ocasión, “Spirits Of The Dead” donde
vuelve a destacar sobre todo el trabajo de Darnieder y cerrando “The
Bringer Of Disease”, tema con el ponen colofón a esta gran obra.
Un trabajo de una de las bandas más
míticas del Thrash alemán, que a punto de cumplir los veinte años
de su primer lanzamiento (se fundó en 1992 aunque no editaron nada
hasta dos años más tarde) siguen en plena forma, dando buena cuenta
de ese sonido crudo, áspero y maléfico del que bandas como Sodom,
Kreator o más tarde Desaster o ellos mismos abanderaron. Uno de los
discos de Thrash Metal del año.
Nota: 8
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