Cuando Moonlight Fear se separó, allá
por el 2008, Fran Suárez estuvo un tiempo parado, pero al año
siguiente nos mostraba un puñado de composiciones instrumentales,
bajo el nombre de “Victoria o Exilio”, tras dos años sin saber
de su faceta como guitarrista, 2011 nos lo devolvió a la escena con
este “Punto de No Retorno” que tengo en mis manos.
Vaya por delante que el que suscribe
profesa el más absoluto desconocimiento en cuanto a discos
instrumentales de guitarra eléctrica (si he escuchado cinco o seis a
lo largo de mi vida, muchos son), aún así, ahí va esta revisión.
Por suerte para los lectores y posibles
oyentes del trabajo, el músico se ha preocupado en explicar el
contexto de cada composición. El plástico se abre con “Voluntad
De Vencer” un tema con unas rítmicas muy noventeras, pero no son
sonidos propios de aquello que se llamó Groove Metal lo único que
nos podemos encontrar, también está el ambiente sombrío de “Luz
siberiana”, la luminosa (valga la redundancia) “Egunsentia”
(Amanecer) el deroche de feeling con tinte melancólico de “Padre /
Última Noche Sobre La Tierra” , el blues que acaba siendo medio
tiempo que es “La Lluvia Muerta” o mis favoritas, “Corazón
Sobrio” y “Días Para La Rebelión” donde nos reencontramos al
Fran Suárez más heavy.
Pero ¿qué influencias puede encontrar
alguien que no conozca al madrileño afincado en la renacentista
Úbeda? Desde Yngwie Malmsteen a Dimebag Darrell, desde Tony McAlpine
a Jason Becker, pasando por Paul Gilbert, Jeff Loomis, Eddie Van
Halen, Michael Romeo o Marty Friedman. Heavy Metal con tintes
neoclásicos de muchos, muchos quilates.
El disco se grabó en los Bombtrack de
Úbeda, donde el productor ubetense David F. Castro, vuelve a sacar
un sonido pulido al máximo y que junto a los músicos Txus Suárez
(hermano de Fran y ex batería de Moonlight Fear), Victor De La Chica
(ex bajista de Moonlight Fear y actualmente guitarra en Sombras Del
Destino), las colaboraciones en los solos de “Días Para La
Rebelión” de Juanra Cobo (Aria Inferno), Dani Arjonilla y Manu
Torres (Anima Adversa), David Ortal (Aria Inferno) en los teclados y
el propio David F. Castro, colgándose el bajo en algunos cortes,
registró el contenido del disco entre los meses de Abril y Mayo del
año pasado.
En definitiva, el compacto nos vuelve a
traer a primera línea al guitarrista, que nos ofrece un disco que,
personalmente, no se hace nada monótono por la variedad de matices
que posee. Un aperitivo para los que gustamos de su trabajo mientras
esperamos el debut de Aria Inferno.
Nota: 7,5 /10
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